Ayer he recibido una carta sobremanera.
Dice que "lo peor es la intolerable, la continua". Y es para llo-
rar, porque nos queremos, pero ahora se ve que el amor
iba adelante, con las manos gentilmente
para ocultar la hueca suma de nuestros
pronombres.
En un papel demasiado.
En fin, en fin.
Tendré que contestarte, dulcísima penumbra, y decirte: Buenos
Aires, cuatro de noviembre de mil novecientos cincuenta.
Así es el tiempo, la muesca de la luna presa en los almana-
ques, cuatro de.
Y se necesitaba tan poco para organizar el día en su justo pa-
so, la flor en su exacto linde, el encuentro en la precisa.
Ahora bien, lo que se necesitaba.
Sigue a la vuelta, como una moneda, una
alfombra, un irse.
(No se culpe a nadie de mi vida.)
Julio Cortázar
Dice que "lo peor es la intolerable, la continua". Y es para llo-
rar, porque nos queremos, pero ahora se ve que el amor
iba adelante, con las manos gentilmente
para ocultar la hueca suma de nuestros
pronombres.
En un papel demasiado.
En fin, en fin.
Tendré que contestarte, dulcísima penumbra, y decirte: Buenos
Aires, cuatro de noviembre de mil novecientos cincuenta.
Así es el tiempo, la muesca de la luna presa en los almana-
ques, cuatro de.
Y se necesitaba tan poco para organizar el día en su justo pa-
so, la flor en su exacto linde, el encuentro en la precisa.
Ahora bien, lo que se necesitaba.
Sigue a la vuelta, como una moneda, una
alfombra, un irse.
(No se culpe a nadie de mi vida.)
Julio Cortázar