Chivilcoy, Agosto
Señorita Olga Cossettini
De mi mayor consideración:
He leído “El Niño y su expresión”, y sentí de inmediato la necesidad de escribirle, para que supiera Ud. de mi admirado reconocimiento ante la obra que se lleva a cabo en la Escuela de su dirección. Obra que -y es triste tener que afirmarlo en esta tierra joven donde todo parece viejo- se alza como un excepción, como un ejemplo solitario que ignoro si será escuchado. Su libro, Señorita Cossettini, donde junto a sus palabras claras y llanas se nos muestra la pura poesía de esos poemas y esos cuadros, duerme acaso ya en anaqueles olvidados. Yo no puedo olvidar a sus chicos y a Ud. Leí y vi esos milagrosos frutos de la espontaneidad bien encaminada, y creí comprender la viva lección que de todo ello surge. Por eso, no vea Ud. en esta carta un elogio circunstancial; créame íntimamente ligado a todos los que, con Ud. a la manera de guía, intentan una escuela que no mutile a los niños que ayude a su creación purísima.
No sé si esta carta, alejada de cánones retóricos, le expresará a Ud. mi aprecio y mi admiración. Pero pienso que sí, porque Ud. vive plenamente, y busca que sus alumnos logren esa total expresión del ser, virgen de postulados y preconceptos. Por eso, que queden estas frases más como claro testimonio de amistad y comprensión. Para Ud., para las maestras que han comprendido y la acompañan, y para todos esos chicos admirables- que quisiera poder nombrar uno a uno- el saludo y la gratitud de un colega a quien la distancia no aleja de tanta belleza y tanta claridad.
Señorita Olga Cossettini
De mi mayor consideración:
He leído “El Niño y su expresión”, y sentí de inmediato la necesidad de escribirle, para que supiera Ud. de mi admirado reconocimiento ante la obra que se lleva a cabo en la Escuela de su dirección. Obra que -y es triste tener que afirmarlo en esta tierra joven donde todo parece viejo- se alza como un excepción, como un ejemplo solitario que ignoro si será escuchado. Su libro, Señorita Cossettini, donde junto a sus palabras claras y llanas se nos muestra la pura poesía de esos poemas y esos cuadros, duerme acaso ya en anaqueles olvidados. Yo no puedo olvidar a sus chicos y a Ud. Leí y vi esos milagrosos frutos de la espontaneidad bien encaminada, y creí comprender la viva lección que de todo ello surge. Por eso, no vea Ud. en esta carta un elogio circunstancial; créame íntimamente ligado a todos los que, con Ud. a la manera de guía, intentan una escuela que no mutile a los niños que ayude a su creación purísima.
No sé si esta carta, alejada de cánones retóricos, le expresará a Ud. mi aprecio y mi admiración. Pero pienso que sí, porque Ud. vive plenamente, y busca que sus alumnos logren esa total expresión del ser, virgen de postulados y preconceptos. Por eso, que queden estas frases más como claro testimonio de amistad y comprensión. Para Ud., para las maestras que han comprendido y la acompañan, y para todos esos chicos admirables- que quisiera poder nombrar uno a uno- el saludo y la gratitud de un colega a quien la distancia no aleja de tanta belleza y tanta claridad.
Julio Florencio Cortázar
Escuela Normal
Chivilcoy. F.C.O.
Bs. As.
Bs. As.