Paris, 12 de enero de 1980
Querido Onetti:
Una vez más encontré todo ahí, todo lo que te hace diferente y único entre nostros. La gran maravilla es que el reencuentro no supone la menor reiteración ni la menor monotonía. Parecería casi imposible después de la saturación que dejan en la memoria tus libros anteriores, pero es así: todo es otra vez nuevo bajo el sol, mal que le pese al viejo Eclesiastés.
Con poco escritores me ocurre eso. Los leo hasta un punto dado y después pienso, "muchachos, sigan solos, yo me corto en la esquina". Con los años, prefiero autores nuevos, probar otras marcas de whisky. Y ... pasa que tu novela [*] es eso, siempre whisky pero con un sabor que es el mismo y diferente. Pasa que una vez más has escrito un gran libro, y lo que parecía irrepitile se repite sin repetirse, si me perdonás esta jerga que busca abrirse paso y se enreda un poco.
Medina, carajo. Qué tipo sos, Onetti. En fin, tu libro lo voy a caminar mucho por las calles de Paris (ojalá, alguna vez, de Buenos Aires).
Un abrazo,
Julio Cortázar