acerca de ...

La idea de este espacio virtual no es una alabanza sin sentido, o un simple modo de expresar simples y vanas palabras adjetivantes sobre lo que muchos llaman "obra de Julio Cortázar". Sus libros son algo mas que "obra" petrificada, son mil historias, donde existen infinitos personajes, léxicos, usos y técnicas literarias y, por supuesto, miles de facetas de quien los construyó. Por eso acá se construye no sólo, entre todos, la gigante biblioteca de sus novelas, cuentos, relatos, poemas, prosas, ensayos, sino que se busca construir algo, un largo relato, que beba como inspiración el gusto o crítica hacia Cortázar y se transforme, a medida que se avance, en una eterna “rayuela” de palabras que se independicen del motor primero...Esperamos, seamos muchos rescatando el valor de la palabra escrita en unos tiempos que buscan destrozarla...o hacerle perder su fuerza...

martes

Carta en mano propia - De Julio Cortázar a Felisberto Hernández

El azar quiso que nunca se conocieran en persona, aunque sus caminos casi se cruzaron en Chivilcoy o en París, como recuerda Julio Cortázar en este texto en el que rinde homenaje a Felisberto.

Felisberto, tú sabés (no escribiré "tú sabías"; a los dos nos gustó siempre transgredir los tiempos verbales, justa manera de poner en crisis ese otro tiempo que nos hostiga con calendarios y relojes), tú sabés que los prólogos a las ediciones de obras completas o antológicas visten casi siempre el traje negro y la corbata de las disertaciones magistrales, y eso nos gusta poquísimo a los que preferimos leer cuentos o contar historias o caminar por la ciudad entre dos tragos de vino. Descuento que esta edición de tus obras contará con los aportes críticos necesarios; por mi parte prefiero decirles a quienes entren por estas páginas lo que Antón Webern le decía a un discípulo: "Cuando tenga que dar una conferencia, no diga nada teórico sino más bien que ama la música". Aquí para empezar no habrá ni sospecha de conferencia, pero a vos te divertirá el buen consejo de Webern por la doble razón de la palabra y la música, y sobre todo te gustará que sea un músico el que nos abra la puerta para ir a jugar un rato a nuestra manera rioplatense.
Esto de abrir la puerta no es un mero recuerdo infantil. En estos días en que andaba dándole la vuelta a la máquina de escribir como un perrito necesitado de árbol, encontré cosas tuyas y sobre vos que no conocía en los remotos tiempos en que por primera vez leí tus libros y escribí páginas que tanto te buscaban en el terreno de la admiración y del afecto. Y te imaginarás mi sorpresa (mezclada con algo que se parece al miedo y a la nostalgia frente a lo que nos separa) cuando llegué a un epistolario recogido por Norah Gilardi, en el que aparecen las cartas que le escribiste a tu amigo Lorenzo Destoc mientras hacías una gira musical por la provincia de Buenos Aires. Como si nada, sin el menor respeto hacia un amigo como yo, fechás una carta en la ciudad de Chivilcoy, el 26 de diciembre de 1939. Así, tranquilamente, como hubieras podido fecharla en cualquier otro lado, sin demostrar la menor preocupación por el hecho de que en ese año yo vivía en Chivilcoy, sin inquietarte por la sacudida que me darías treinta y ocho años más tarde en un departamento de la calle Saint-Honoré donde estoy escribiéndote al filo de la medianoche.

jueves

Los ninguneados: Aira sobre Cortázar

Seguimos con Soriano, pero agregamos a Julio Cortazar. Hoy el diario Clarín publicó también una serie de notas en homenaje a este Novelista del carajo del que, como ya dijimos, se cumple una década de su muerte. Me interesa destacar la que escribió Juan Martini denunciando las operaciones que a lo largo de la historia literaria se hicieron para desacreditar y luego silenciar a determinados autores por parte de otros que detentaron oportunamente cierto poder mediático, académico o de algún tipo. Tal vez el primero en realizar este tipo de operaciones haya sido Borges con Lugones. Señala Martini que, junto a Soriano, otro escritor que ha sido y sigue siendo negado por algunos es Julio Cortazar.

Esa mención, a un adicto a los archivos como yo, me recordó una escandalosa afirmación de otro escritor argentino César Aira que había leído hacía tiempo: "El mejor Cortázar es un mal Borges". Cada uno puede decir lo que quiera sobre cualquier cosa, está claro. Ahora bien, con esa afirmación Aira ¿estaba sólo buscando un título que generara polémica? Quiero creer que sí. ¿Estaba diciendo que Cortázar está sobrevalorado? No pareciera esa la forma de transmitirlo. ¿Estaba afirmando que Cortázar es un escritor mediocre? Si es así, estamos en problemas.

Califica de efectista a los cuentos de Cortázar. Dice "son buenas artesanías, algunas extaordinariamente logradas, como Casa tomada, que persiguen siempre el efecto inmediato. Y luego, el resto de la carrera literaria de Cortázar es auténticamente deplorable". Suena a provocación lo de Aira; hay que ser audaz, en el mal sentido del término, para decir que "Cortazar es deplorable".

También afirma Aira que, el escritor uruguayo, "Felisberto Hernández es un escritor genial al que Cortázar no podría aspirar siquiera a lustrarle los zapatos". Esa descalificación con saña, que pareciera trascender el ámbito de lo puramente literario, la hace a propósito de un prólogo de Cortázar a una edición de las obras de Felisberto Hernández al que, considera Aira, "paternalista y condescendiente". Creo que, lamentablemente, solo en Argentina se puede lanzar una afirmación tan temeraria y ser tenido en cuenta. No me jodas, Aira.